Con la visión borrosa y las tripas apretadas, de pie en el borde, en los 90° del borde, perpendicular al borde, bordeando el borde del borde. Ahí mismo, donde bien puede acabarse el camino o empezar la caída, mis pies flaquean ante la sombra del arrebato. Manos al cielo, humo de nicotina que se aleja de mis dedos; párpados apretados y los labios contraídos y secos, la receta mortal de una caída en free fall sin un final indoloro.
Freeeeeeeeeeeefaaaaaaaaaaaaaaaaall
Mientras el viento raja la piel seca y la gravedad hace su trabajo, me dejo caer, me dejo tentar y me dejo desvanecer. Ya no hay conceptos, ya no hay convicciones, solo una masa indefinible de carne que se pierde entre la sombra y la difusa luz estelar. El cuerpo cae, se fragmenta y machaca - Miles y miles de voces infantiles clamarán por tus pecados - hasta hacerse polvo. Polvo de diamante, polvo de estrellas, polvos flú, polvos mágicos, polvos de hornear, polvo; división máxima de los cuerpos debidamente bien ensamblados. Polvo; esa minúscula partícula que se mete en tu ojo y te caga el día.
Plaf!
En el borde del borde tropiezo al andar y ando con un tropiezo, caigo sin temor y sin esperanza, auto reflejo simple de lo que, simula, ser un ser humano.
En la neurona Número 15: Charles Manson dijo "Yo no busco seguidores, yo busco sobrevivientes".-
No hay comentarios:
Publicar un comentario