martes, 1 de marzo de 2011

Hereafter.-



Hereafter es la nueva película del maestro Clint Eastwood, un alegato sobre la vida y la muerte y el puente invisible que les une y separa. Tenía unas ganas enfermas de verla porque el trailer tenía una pinta increíble pero al hacerlo me topé con la desagradable sorpresa que se quedó en eso, un trailer increíble.

¿Qué pasa? El guión nunca arranca, moldea el terreno, lo ablanda, lo deja lisito pero, cuando tiene que tirar las semillas que hagan la historia avanzar, se acaba la película. Terrible para un metraje que dura dos horas en las cuales, la primera hora, no es más que una extensa y tediosa presentación de personajes y conflictos que no terminan por resolverse ni mucho menos moldearse. No tenemos puntos de no Retorno y la progresión de los personajes está dada solamente en la coyuntura inicial del film, la muerte de alguien, después de esto nuestros taciturnos héroes deambulan por una pareja línea que ni sube ni baja y que se mantiene recta hasta el insufrible, predecible e insípido final.



La película propone un metalenguaje sobre el más allá que no termina por cumplirse, parte como caballo inglés cuando uno de los personajes experimenta la muerte en carne propia pero, pasados varios minutos, todo queda relegado a lo anecdótico del asunto y a los atributos metafísicos forzosamente colocados a la muerte. La película se podría haber rescatado, pero creo que la fé en los efectos y en la sensible imagen que significan los infantes muertos aplacaron la visión de Clint y dejaron el guión tal como está, fome y sin carne. Personajes que no evolucionan, que no tienen ni absolución, ni redención, ni castigo, ni premio, ni caída, nada, simplemente avanzan nauseabundos por el camino de la incertidumbre.

Pos nada, el Sci-Fi de Clint me ha fallado, pero se lo perdono. Seguirá siendo un maestro ¿Qué es una película menor frente a tantas obras tremendas? Grande Clint, siempre removiéndome el alma.-

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